martes, 31 de julio de 2007

El "narcistíco"

Manuel Avendaño Arce.

Uno de estos días mientras caminaba por San José, ¡o Dios mío!, me sentí parte de una sociedad narcisista, cuando un joven de más o menos 22 años estaba conversando con otro y le decía "que dicha que nosotros somos Ticos porque somos blancos, somos guapos y no hablamos como Nicas", pero, ¿en que estamos pensando?.

Aquella decepcionante escena me recordó la historia de Narciso, que Paulo Coelho nos receta al principio de su libro El alquimista, que dice así:

“Un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago, estaba tan fascinado consigo mismo, que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde cayó, nació una flor, que fue llamada narciso”.

Sí, cuando escuché las palabras de aquel joven me sentí en un mundo narcisista, lo peor, es que aquellas palabras son el reflejo de toda un sociedad que se tomó muy en serio lo de “suiza centroamericana”, que se creyó producto de una colonización Inglesa, solo falta que se empiecen a poner lentes de contacto azules y se tiñan el cabello rubio, para sentirse como los “gringos” de Centroamérica, o como la flor de narciso.

Esperanzas aparte, pongamos los pies en la tierra, seamos realistas, recordemos que nosotros a mucha honrra, somos una cultura producto de los indígenas, que se formó una identidad de “pura vida” ante el mundo, pero, que ese mundo no se reduzca a los turistas europeos y norteamericanos, que sea también para nuestros hermanos centroamericanos que tanto la necesitan.

Dejemos de ser narcisistas, para los que no saben que significa, el término es sinónimo de egocentrismo y antónimo de humildad, es sinónimo de “ticos” y antónimo de nicaragüenses, ¡por lo menos eso parece!

Terminemos esta historia con otro final, como el que le dio Oscar Wilde, a la historia de Narciso que dice: “cuando Narciso murió, las diosas del bosque vieron al lago llorando, le preguntaron por que lloraba, el lago les respondió, lloro por que cada vez que él (Narciso) se inclinaba sobre mis márgenes yo podía ver, en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada”.

Reflejemos el orgullo de ser centroamericanos, con la humildad de ser “ticos”.

Interéses Maquivélicos

Manuel Avendaño Arce.

Estamos en un momento clave para el país, para decidir, para decir “Si” o “No” al TLC con los Estados Unidos, la técnica que utilizan ambos Bloques la dibujó hace ya muchos años, el polémico y enigmático escritor,Nicolás Maquiavelo, en su libro El príncipe, veamos ¿por qué?

Si bien el texto se refiere a la forma en que debe gobernar el presidente de un país apliquémosla a la manera de hacer la campaña o estrategia de cada Bando.

El libro dice “su norma política será el oportunismo y la propia conveniencia: no hay norma moral que regule la conducta del gobernante”, que lo digan los del “no” que parecen tener un lapsus memoriae (olvido) cada vez que se contradicen, ¿Qué queremos referéndum?, ¿Qué no por que la gente no sabe nada del TLC?, ¿Qué vaya el Tratado a la Sala IV?, ¿Qué la Sala vendió la constitución?, entonces en que quedamos.

Otra sección del texto afirma “el gobernante debe servirse de la religión según le convenga, como de un medio para dominar a su pueblo”, eso lo tienen claro los del “si”, aunque los evangélicos no son la religión oficial, el presidente entiende el valor de 900.000 votos, por eso los convenció.

En otro fragmento dice “el gobernante no debe apartarse del bien; pero, si es necesario, debe saber emplear el mal (mentira, traición), en esta parte nos referiremos a los dos bandos, por que ninguno tiene un verdad absoluta, ninguno es totalmente transparente o totalmente claro, al igual que nada es blanco del todo o por el contrario negro, ¡menos en la política!

Será cierto que “el gobernante no debe aspirar a lo mejor, sino atenerse a la realidad. Debe aprender a ser no bueno, según sea necesario” para lograr sus objetivos, o para convencer a la gente en un momento donde el TLC está per iocum (en juego), para el bienestar o el malestar de todos nosotros.

Muchos consideraron a Maquiavelo como un déspota y cínico, que hacía caer la democracia por la búsqueda de los intereses personales a través de los medios políticos, o sea, el beneficio de unos cuantos conseguido por mentiras a unos muchos, a manera de flagrante delicto (ilegal o inmoral).

Será cierto que el fin justifica los medios, o los intereses justifican las mentiras.

viernes, 13 de julio de 2007

Los media ¡entorpecen la realidad!

Manuel Avendaño Arce
Ésta tesis se ha discutido por varios años y por diversos autores, como lo hace Giovanni Sartori en su libro Homo Videns donde afrima que los medios (la TV) en lugar de crear conocimientos, los retroceden, provocan en el Homo Sapiens (hombre inteligente), una evolución (que retrocede) al Homo Videns (hombre que vee), donde las imagenses son más impotentes que las palabras, ¿será así?…

Según Ryszard Kapuscinski, periodista, los medios han construido un mundo surealista donde se limita la información a los mercados (los televidentes) que consumen el producto, sin importar si es bueno o malo), lo que interesan es que sea consumido.

So pena, los medios se están condenado a la falta de la credibilidad, que los está matando.

Es más fácil (según Kapuscinski) mantener la creencia de que todo el mundo observa los medios, que ver la realidad que abarca solo a los que tienen posibilidades, pero que deja por fuera (a los que realistamente) no tiene ni que comer.

El periodista habla (en éste texto) sobre varios elementos que afectan a los medios, a los periodistas y a la información, el análisis es amplio y las conclusiones convincentes, pero, agrego un apartado para contextualizar.

“Rudolph Arnheim, gran teórico de la cultura, ya predijo, en los años 30, en su libro Film as Art, 2 que el ser humano confundiría el mundo percibido por sus sensaciones y el mundo interpretado por el pensamiento, y creería que ver es comprender”.

Ahora espero que la recomendación les sirva para que puedan formar su propio criterio sobre los media y todo el poder social que ejercen, pero ¿bajo que condiciones?, ¿con que criterio?...

“En una dictadura se sirve de la censura; en una democracia de la manipulación”.

http://cursoperiodismodigital.blogspot.com/2007_01_01_archive.html