-Expertos temen que la paz, el medio ambiente y la salud de los costarricenses se vean afectados.
-El uranio degradado se presenta como una de las principales amenazas.
Manuel Avendaño Arce.
Costa Rica, ¡un país de paz!, se encuentra a las puertas de convertirse en un partícipe pasivo de los conflictos bélicos mundiales ya que la aprobación del TLC-Cafta lo incluye en la industria de las armas.
El anexo 3.3 del tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (TLC) especifica que en el país se permitirá la producción de distintos tipos de armas, entre ellos bombas, granadas, torpedos y materiales tóxicos como el uranio degradado y el plutonio, términos que entre los países centroamericanos, solamente Costa Rica aceptó.
Actualmente, éste tipo de armas se utilizan en los diversos conflictos armados que se llevan a cabo alrededor del mundo, como la guerra en Irak, el conflicto entre Palestina e Israel y en las diferentes disputas civiles en el continente africano.
Para abastecer a los ejércitos activos en el orbe internacional la producción de armamento se lleva a cabo comúnmente en países con poca incidencia militar, como podría ser el caso de Costa Rica si se aprobara el TLC.
Fernando Madriz, funcionario del Centro de Amigos para la Paz (CAP), declaró sobre el tema que “se está poniendo en riesgo a una sociedad de paz, la cual cuenta con una neutralidad perpetua en conflictos militares declarada muchos años atrás”.
Madriz expresó su preocupación más allá del tema de la paz, agregó que el medio ambiente y la salud de los costarricenses se pueden ver afectados, especialmente con la introducción del uranio degradado en territorio nacional.
Uranio, material bélico en Costa Rica
Damasio López, del equipo internacional de estudio del uranio degradado (IDUST por sus siglas en inglés), explicó que éste elemento químico es uranio natural puro sin el isótopo U-235, en otras palabras es el residuo del uranio utilizado para bombas atómicas y plantas nucleares.
El ejército estadounidense lo utiliza en las cubiertas de sus misiles y proyectiles, ya que tiene una gran capacidad destructiva al punto de que logra perforar el blindaje de un tanque de guerra.
Cuando el misil hace contacto con su objetivo y perfora, el uranio que produce un efecto destructivo se desintegra en pequeñas partículas, que se esparcen con las corrientes de aire, además de asentarse en el suelo por muchos años.
El anexo 3.3 del tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (TLC) especifica que en el país se permitirá la producción de distintos tipos de armas, entre ellos bombas, granadas, torpedos y materiales tóxicos como el uranio degradado y el plutonio, términos que entre los países centroamericanos, solamente Costa Rica aceptó.
Actualmente, éste tipo de armas se utilizan en los diversos conflictos armados que se llevan a cabo alrededor del mundo, como la guerra en Irak, el conflicto entre Palestina e Israel y en las diferentes disputas civiles en el continente africano.
Para abastecer a los ejércitos activos en el orbe internacional la producción de armamento se lleva a cabo comúnmente en países con poca incidencia militar, como podría ser el caso de Costa Rica si se aprobara el TLC.
Fernando Madriz, funcionario del Centro de Amigos para la Paz (CAP), declaró sobre el tema que “se está poniendo en riesgo a una sociedad de paz, la cual cuenta con una neutralidad perpetua en conflictos militares declarada muchos años atrás”.
Madriz expresó su preocupación más allá del tema de la paz, agregó que el medio ambiente y la salud de los costarricenses se pueden ver afectados, especialmente con la introducción del uranio degradado en territorio nacional.
Uranio, material bélico en Costa Rica
Damasio López, del equipo internacional de estudio del uranio degradado (IDUST por sus siglas en inglés), explicó que éste elemento químico es uranio natural puro sin el isótopo U-235, en otras palabras es el residuo del uranio utilizado para bombas atómicas y plantas nucleares.
El ejército estadounidense lo utiliza en las cubiertas de sus misiles y proyectiles, ya que tiene una gran capacidad destructiva al punto de que logra perforar el blindaje de un tanque de guerra.
Cuando el misil hace contacto con su objetivo y perfora, el uranio que produce un efecto destructivo se desintegra en pequeñas partículas, que se esparcen con las corrientes de aire, además de asentarse en el suelo por muchos años.
Para su función en conflictos armados las municiones cubiertas con uranio degradado son altamente efectivas, pero sus consecuencias lamentablemente van más allá de cientos de personas fallecidas o pueblos destruidos.
Los efectos que producen las partículas en las que se convierte el elemento químico pueden ir desde mal formaciones congénitas en los fetos hasta problemas en el sistema inmunológico, daños a nivel celular, problemas en el sistema muscular, entre otros de mayor gravedad, los cuales necesitan de grandes dosis de morfina, metadona y relajantes musculares como la tinacina, para controlar el dolor y los problemas que padecen las personas afectadas.
En el país se han dado esfuerzos de asociaciones internacionales para dar a conocer los problemas y efectos mencionados anteriormente, como fue la visita del ex sargento estadounidense Herbert Reed quien, con su testimonio y padecimiento, hizo un llamado a la conciencia nacional.
“Estoy en Costa Rica para que conozcan qué significa ser una persona afectada por el uranio degradado … puede ser que me vea fuerte en mi exterior, pero duelo en mi interior” expresó en la conferencia de prensa.
“Cuando entré a Irak, mi país Estados Unidos no me informó nada sobre el uranio degradado... cuando escuché acerca del TLC en Costa Rica y que el uranio degradado era uno de los productos que van a ser importados o exportados a través de éste país, pensé que era importante venir para avisarles que esto es algo que no quieren en su país” añadió Reed.
Las declaraciones del ex sargento se fundamentan con el estudio detallado que realizó al texto del acuerdo comercial en el cual se permite el trasiego, la producción y la venta de armas prohibidas por la constitución política vigente.
¿Qué dice el tratado?

La página 941 de la Lista de Costa Rica oficial publicada por el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), establece textualmente la eliminación de aranceles (impuestos) al uranio natural y sus compuestos, uranio enriquecido y empobrecido o degradado en U-235 incluyendo el cermet y elementos e isótopos y compuestos radioactivos.
Más adelante en el mismo documento – páginas 1025 y 1050 – se establece la introducción al mercado de libre comercio de los reactores nucleares y sus partes, tanques y demás vehículos blindados para guerra, incluso sus armamentos.
Además se incluyen, en las páginas 1057 y 1058, cañones, morteros, lanzallamas, lanzagranadas, lanzatorpedos y lanzadores similares que forman parte de las armas de guerra de la partida 93.01.
Según el panfleto “Lo más importante sobre el TLC” publicado en Octubre del 2006 por el Comex, éste tipo de armas se encuentran clasificadas como prohibidas bajo las leyes nacionales, por tanto surge la interrogante del porqué fueron negociadas en éste tratado.
Éste Ministerio aseguró en la misma publicación que ningún tratado de libre comercio en Costa Rica, vigente o el que se discute en la actualidad, cambia la normativa de regulación de armas, pero según Oscar López el acuerdo multilateral está por encima de cualquier ley o proyecto de ley nacional.
De acuerdo con una carta enviada por el sociólogo, Francisco Escobar a la Viceministra del Comex, Amparo Pacheco; “una compañía extranjera podría comprar territorio para depositar desechos radiactivos, pues en el TLC Costa Rica no hizo reserva del control del tránsito o almacenamiento de estos materiales, a pesar que la empresa estadounidense Metalclad, gracias a la legislación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, pudo enterrar 20 mil toneladas de desecho tóxico químico y radiactivo en el pueblo mexicano de Guadalcázar; a pesar de no tener permisos del gobierno local ni estudios de impacto ambiental y ganó una demanda millonaria contra México por incumplir éste país sus obligaciones comerciales”.
“Los componentes nucleares protegidos como objetos de comercio por el TLC podrían usarse para la fabricación de material bélico en territorio nacional o extranjero, tanto para fines civiles como militares. El uranio empobrecido, subproducto de su enriquecimiento, se reutiliza como componente de municiones convencionales para atacar zonas con población civil, a pesar de que al desintegrarse es química y radiológicamente tóxico” agregó Escobar en su carta.
A favor y en contra, cara a cara
El partido Liberación Nacional (PLN) encabezado por el Presidente de la República, Oscar Arias, con el apoyo de otras fracciones, es el principal impulsor de la aprobación del tratado, que se debate contra la oposición del grupo conformado por el partido Acción Ciudadana (PAC), el PASE y el Frente Amplio.
Arias, quien precisamente lucha contra la carrera armamentista mundial, pronunció un discurso el 19 de Setiembre del 2006 ante la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas, en donde criticó el gasto militar desmedido de los países, "denunciemos el aumento del gasto militar, la carrera armamentista y el comercio de armas como ofensas a la condición humana" expresó el Presidente en su visita al organismo.
Por éste tipo de acciones y su apoyo a un TLC que explícitamente autoriza la inclusión de armas en Costa Rica para fines comerciales y bélicos, Oscar López calificó la posición del premio Nóbel de la Paz como un “doble discurso y un contrasentido”.
El mismo Arias propuso y luchó por la aprobación de un decreto que reglamenta los permisos sanitarios para las fábricas que producen municiones, armamento pesado y otro tipo de materiales bélicos como el uranio degradado, que se publicó en el diario oficial La Gaceta el 23 de agosto pasado, lo que da pie a que con la aprobación del tratado, la industria armamentista se pueda introducir y operar libremente en el país bajo estas restricciones.
Con la visita al país de Damasio López y Herbert Reed, el diputado López confrontó al presidente Arias sobre el tema, por lo que el mandatario aseguró tener listo un proyecto de ley destinado a restringir las operaciones de ésta industria en suelo nacional.
El diputado del PASE criticó la iniciativa del poder ejecutivo al afirmar “a mi me produce mucha preocupación que la respuesta haya sido que esto se va arreglar con una ley, con una ley que prohíba la fabricación de armas en Costa Rica… el Tratado de Libre Comercio está por encima de las leyes del país, en virtud de que los tratados tienen esa característica.
Más adelante en el mismo documento – páginas 1025 y 1050 – se establece la introducción al mercado de libre comercio de los reactores nucleares y sus partes, tanques y demás vehículos blindados para guerra, incluso sus armamentos.
Además se incluyen, en las páginas 1057 y 1058, cañones, morteros, lanzallamas, lanzagranadas, lanzatorpedos y lanzadores similares que forman parte de las armas de guerra de la partida 93.01.
Según el panfleto “Lo más importante sobre el TLC” publicado en Octubre del 2006 por el Comex, éste tipo de armas se encuentran clasificadas como prohibidas bajo las leyes nacionales, por tanto surge la interrogante del porqué fueron negociadas en éste tratado.
Éste Ministerio aseguró en la misma publicación que ningún tratado de libre comercio en Costa Rica, vigente o el que se discute en la actualidad, cambia la normativa de regulación de armas, pero según Oscar López el acuerdo multilateral está por encima de cualquier ley o proyecto de ley nacional.
De acuerdo con una carta enviada por el sociólogo, Francisco Escobar a la Viceministra del Comex, Amparo Pacheco; “una compañía extranjera podría comprar territorio para depositar desechos radiactivos, pues en el TLC Costa Rica no hizo reserva del control del tránsito o almacenamiento de estos materiales, a pesar que la empresa estadounidense Metalclad, gracias a la legislación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, pudo enterrar 20 mil toneladas de desecho tóxico químico y radiactivo en el pueblo mexicano de Guadalcázar; a pesar de no tener permisos del gobierno local ni estudios de impacto ambiental y ganó una demanda millonaria contra México por incumplir éste país sus obligaciones comerciales”.
“Los componentes nucleares protegidos como objetos de comercio por el TLC podrían usarse para la fabricación de material bélico en territorio nacional o extranjero, tanto para fines civiles como militares. El uranio empobrecido, subproducto de su enriquecimiento, se reutiliza como componente de municiones convencionales para atacar zonas con población civil, a pesar de que al desintegrarse es química y radiológicamente tóxico” agregó Escobar en su carta.
A favor y en contra, cara a cara
El partido Liberación Nacional (PLN) encabezado por el Presidente de la República, Oscar Arias, con el apoyo de otras fracciones, es el principal impulsor de la aprobación del tratado, que se debate contra la oposición del grupo conformado por el partido Acción Ciudadana (PAC), el PASE y el Frente Amplio.
Por éste tipo de acciones y su apoyo a un TLC que explícitamente autoriza la inclusión de armas en Costa Rica para fines comerciales y bélicos, Oscar López calificó la posición del premio Nóbel de la Paz como un “doble discurso y un contrasentido”.
El mismo Arias propuso y luchó por la aprobación de un decreto que reglamenta los permisos sanitarios para las fábricas que producen municiones, armamento pesado y otro tipo de materiales bélicos como el uranio degradado, que se publicó en el diario oficial La Gaceta el 23 de agosto pasado, lo que da pie a que con la aprobación del tratado, la industria armamentista se pueda introducir y operar libremente en el país bajo estas restricciones.
Con la visita al país de Damasio López y Herbert Reed, el diputado López confrontó al presidente Arias sobre el tema, por lo que el mandatario aseguró tener listo un proyecto de ley destinado a restringir las operaciones de ésta industria en suelo nacional.
El diputado del PASE criticó la iniciativa del poder ejecutivo al afirmar “a mi me produce mucha preocupación que la respuesta haya sido que esto se va arreglar con una ley, con una ley que prohíba la fabricación de armas en Costa Rica… el Tratado de Libre Comercio está por encima de las leyes del país, en virtud de que los tratados tienen esa característica.
Cualquier ley que exista en Costa Rica o que se haga, que regule la fabricación de armas, la producción o comercialización, quedará por debajo del tratado”.
La jefa de fracción del PLN, Mayi Antillón dijo que “los proyectos de ley y decretos existentes son solo una forma genérica de controlar el tema de las armas en Costa Rica que además viene desde años atrás” y calificó como una “fantasía” la relación que se hace de los decretos con el tratado, tomando en cuenta que el decreto es de carácter ejecutivo y se encuentra por debajo de las leyes estipuladas por la constitución política.
"En el país hay algunas actividades que están permitidas en el código arancelario donde están por partidas, entonces lo que se hace es tomar las partidas y de alguna manera se regula las actividades de una manera abierta.
En este momento no es que se abre porque viene una actividad de esa naturaleza como lo es el tema de las armas, sino que ya existe", explicó Antillón sobre los decretos y proyectos de ley que propuso el presidente Arias para controlar la incursión nacional en el mercado armamentista.
Ante el apoyo constante que mantiene el Ministerio de Comercio Exterior hacia el TLC y las publicaciones en distintos medios de comunicación nacionales en las cuales aseguran que la constitución política de Costa Rica está por encima del tratado y que el acuerdo no limita el derecho de regular la fabricación y el comercio de armas, se buscó la opinión oficial de la entidad, pero se negaron a hablar sobre el tema.
Y no solo amenaza la paz…
Al firmar el tratado Costa Rica no solo verá afectada su política pacifista y su neutralidad perpetua en conflictos militares, también se podría deformar su política conservacionista del medio ambiente y la salud de los costarricenses con la participación en éste mercado.
El manejo de armas compuestas por uranio degradado producirá un deterioro paulatino en el medio ambiente, ya que las empresas transnacionales que lo utilicen provocarán contaminación con partículas que se adhieren a la región geográfica donde se sitúe la compañía.
Las consecuencias pueden ahondar más allá de la utilización de uranio degradado, las empresas tiene la potestad de enterrar el material químico en diversas partes del territorio, lo que limita la acción de las leyes ambientales del país; por que dichas compañías tiene derecho al trato nacional y cualquier acción legal en su contra es inadmisible, como ocurrió en el caso de México y la empresa Metalclad.
Los medicamentos necesarios para el tratamiento de una víctima de la exposición al uranio degradado pueden ser una inversión incosteable para el estado, ya que el paciente puede llegar a necesitar hasta 50 pastillas al día y el costo de tal medicación es insostenible para un ciudadano promedio.
Por todas las consecuencias que éste anexo del TLC podría generar en los diversos sectores del país, Fernando Madriz del CAP comentó, “no hace falta que nuestro país produzca armas para matar personas, herir personas, mutilar personas en otras partes del mundo…no queremos que nuestros niños por ejemplo hereden una tradición de producción de armas…queremos propiciar paz, queremos propiciar neutralidad, queremos propiciar concordia”.
Costa Rica, ¡toda una cultura de paz! vigente desde hace más de 50 años, respaldada por la abolición del ejército, una cultura que dijo no a las armas, no a la guerra, se puede desvanecer con un tratado de libre comercio que no respeta los principios de una sociedad que no cree en los conflictos bélicos, misma sociedad que se podría convertir en cuna de armas de guerra.
*Imágenes
1- Niño afectado por uranio degradado
2-Páginas (anexos) del TLC en donde se específica la inclusión de armas
3-Caricatura de Óscar Arias, tomada del Semanario U
4-Publicación del Comex para brindar información a los ciudadanos.
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